El día después del anuncio de Mauricio Macri respecto a bajar su postulación a la presidencia de la nación este año, no hace más que generar un desconcierto brutal en la oposición. Es evidente que hay una liberación personal por parte del expresidente en su relación con el poder, una especie de “esto ya no es para mí” o “no sos vos, soy yo, pero podemos seguir siendo amigos”.
Para muchos ha sido un mazazo, para otros, un final anunciado, será labor para un psicólogo el analizar como proyectaban a Mauricio en sus vidas, pero siendo fríos ¿Qué nos deja?
Es obvio que muchas cosas positivas, millones volvimos a creer en la política, apostamos a militar después de aquel famoso “que se vayan todos”, festejamos cuando se ganó, volvimos a soñar en un futuro mejor, pero como estamos en Argentina, todo lo que sube, baja.
No quiero responsabilizar a Macri por su decisión pero en cierto modo creo que es saludable, en primer lugar para él porque seguramente habrá descomprimido años de tensión y conflictos internos y en segundo lugar nos hace bien a nosotros como oposición al Kirchnerismo, porque aprendimos que si hay voluntad política de cambio, se puede.
Independientemente quién vaya a gobernar la Argentina será comparado con Macri, es inevitable, el tipo dejó la vara muy alta y difícilmente puedan superar esa imagen.
Motivos sobran, claro, ya que miles de jóvenes se involucraron en política motivados por Mauricio y eso es sano en todo sentido, fue como “el primer amor en política”.
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Tal vez los viejos dirán un clavo saca a otro clavo, pero como siempre, esos no son buenos consejos cuando la herida está abierta. No obstante los médicos recomiendan no enamorarse de la política porque es perjudicial para la salud, el corazón se daña. Es tiempo de “Soltar” y que esta experiencia nos sirva de combustible para tener mayor sentido crítico, el ojo crítico siempre tiene que estar porque no dependemos de nadie, sino de nosotros mismos y gobierne quién gobierne tenemos que seguir poniéndole el lomo a esta selva llamada Argentina.
Quien te dice si mañana te enamoras de una chica que se llama Patricia y te volvés a ilusionar. Nunca digas nunca, más de una vez dije hace más de 10 años “nunca votaría a Macri” y mirame ahora, la vida da muchas vueltas y Argentina es un Samba.
Por eso mismo queridos lectores, como dice el gran Gustavo Cerati “Poder decir adiós, es crecer”
Aunque muchos estén tristes, enojados , etcétera, recuerden que enfrente están los orcos desquiciados y no hay que darles ventaja ni esperanza. Este año tenemos que empezar a cambiar de rumbo y lo positivo es que depende de nosotros.
