Cuántos de nosotros recordamos la frase: “Massa es el único que le puede ganar a Scioli en un balotage”. ¿La recuerdan? Bueno, yo también.
En las últimas horas hemos escuchado gran parte del periodismo argentino (los mismos que decían que Massa era la última esperanza blanca) comenzar a inflar la imagen del presidente de la Cámara de Diputados. Por ejemplo, hemos escuchado y leído que los bonos argentinos subieron por el efecto Massa, que la única salida que tiene Alberto Fernández es poner a Massa como superministro, entre otras tantas frases desopilantes.
Esta clase de periodistas argentinos, este grupo en particular, da por sentado que el argentino promedio es idiota, de lo contrario, no se puede explicar el nivel de lamebotismo para con el ex intendente de Tigre. Un poco más y terminan diciendo que el único que puede salvar a Argentina es Sergio Massa.
Pero no mis amigos, nosotros no vamos entrar en esa. Sergio Massa es una de las peores figuras de la política argentina. No recuerdo figura tan panqueque como Sergio. Un día dice que va a meter presos a los ñoquis de la Cámpora, y al otro está en la misma fórmula con ellos. Incluso el recordado Borocotó quedó chico al lado de semejante panqueque.
El ventajista de tigre (que seguramente si existiera esa disciplina en las olimpiadas Sergito sería medalla dorada) incluso se hace el desentendido con lo publicado en los medios más influyentes del país y afirma que aún no se ha tomado ninguna decisión respecto a su posible arribo al gabinete de ministros de Alberto Fernández.
Es muy probable, dado el carácter tan volátil de sus ideales políticos, que para las próximas elecciones veamos a Sergio compitiendo contra sí mismo, así que por las dudas me adelanto y les tiro un título: “El único que le puede ganar a Sergio, es Massa”. Dejen, no me garpen por el slogan (que aunque no parezca es pegadizo), acá no nos movemos por sobres. Cof… Cof… Cof…
Siempre hay que ver el lado positivo de las cosas, y creo que esto que está haciendo esta porción del periodismo tiene algo bueno. Massa ya no va a poder decir que no formó parte del peor gobierno de la historia argentina, porque ahora, gracias al trabajo de sus amigos perisobristas, su rostro aparecerá en los libros de historia, junto con su amigo Alberto y su amada Cristina.
Esperemos que después de esto, el cachivache político de Tigre tenga el pago que tanto merece: el olvido.